La rutina sigue sin llegar, pero la verdad es que ya estoy asentada en esta ciudad. Cada semana se torna caótica, llegando a olvidar en qué día vivo. Pero eso sí, los siete días de la semana se pasan volando; llevo en Estocolmo dos semanas, y parece que llegué ayer.
Hace unos días decidimos indagar los alrededores de Kungshamra con el fin de hallar el estupendo lago del que mis vecinos del corredor me habían hablado. Puedo decir que encontramos el lago; un maravilloso lago rodeado de un estupendo verdor nuclear, donde reinan la lluvia y los caracoles.
Esta semana fue el día de bienvenida al estudiante en la Universidad de Estocolmo, donde nos regalaron cuadernos, bolígrafos y demás material escolar. La verdad es que estos estocolmenses piensan en todo.
Ayer fuimos de fiesta a un sitio nuevo, una discoteca de la Universidad, donde ponen música más normalita -en la primera fiesta de la Universidad la música era horrenda- y donde descubrimos que aquí miden el alcohol con probeta. Es muy fácil conocer gente siendo español porque enseguida cuando reconocen nuestro característico acento, los habitantes de esta nueva ciudad se interesan por conocerte.
Estoy esperando a ver si no llueve hoy, para poder ir en barco y visitar las diferentes islas de Estocolmo; descubrir la Venecia del norte....que ya va siendo hora. ¡Ya os contaré!
Os dejo aquí también una foto de una de las paradas de metro de esta ciudad(Thorisplan), que descubrimos ayer.
Por cierto, ya se puede comentar en este blog =)
